domingo, 17 de abril de 2011

Me demostrabas que era sencillo contrarrestar lo malo de la vida con todo lo bueno que teníamos juntos - SSNA4







Te inventaré, Te inventaré cada mañana.


























Te echo en falta por las mañanas al despertarme, y por las noches al quedarme dormida.
Te echo en falta a tí por completo, y me siento tan estúpida...

Echo de menos aquellas miradas que desencadenaban risas, cuando me mordía el labio y te miraba de reojo. Cuando subía por tu cuello arrastrando lentamente mi nariz hasta tu oreja y te susurraba la falta que me hacías.

Echo de menos todos aquellos besos lentos, que no acababan nunca y me producían tantos escalofríos. Todas esas veces que ansié detener el tiempo y que se parara para siempre, haciéndonos lentos para no acabar nunca, que fuéramos eternos.
Al final, me daba igual que yo siempre quisiera agotar los minutos, y tu acabases comiéndome sin poder resistirte a aquella lentitud. Me encantaba la forma que tenías de afanarme, me hacías creer que no querías malgastar el tiempo conmigo.

También echo de menos que nadie me ponga el pelo detrás de la oreja cuando me tapa la cara, y me resigno dejándolo ahí. Parecía que realmente me cuidabas, que realmente tenías cuenta de mí, que me demostrabas tanto, con tan poco....
Me encantaba ver como venías sin hacer ruido, por detrás, como si estuvieras al acecho, y como me traías tímidamente de la cintura hacia tí, me acercabas con tanta dulcura que no podía evitar volver a morderme el labio. No podía evitar cerrar los ojos y sentirme protegida, sentir que siempre que quisiera tú estarías ahí.

¿Te acuerdas de esos juegos que nos traíamos?, me encantaba ese ansia que tenía por volver a verte tres minutos más, porque nunca el tiempo fuese suficiente, nunca estuviese completamente llena de tí. Llegar pronto a cualquier lado para estar más contigo, las largas despedidas que tanto nos costaba cortar. Nuestros "ahora volvemos" aunque ambos sabíamos que nunca eran ciertos, cuando te ponías celoso por cualquiera y discutíamos muchísimo, pero siempre nos reconciliábamos y parecía que no me importaban todos esos celos, si podríamos seguir reconciliándonos así toda la vida.
Todas aquellas veces en las que no conocías a nadie de alrededor, y yo te contaba cada uno de sus movimientos, cada una de sus historias, y tú solo te reías de mí por saberlo absolutamente todo, pero no querías que dejase de contarte, no querías dejar de escucharme.

Me encantaba esa forma tuya de ocultar el dolor y los problemas, todo lo oscuro de la vida, pero sin sustituirlo, simplemente escondiéndolo. Me demostrabas que había muchas más razones por las que ser feliz, que era sencillo contrarrestar lo malo de la vida con todo lo bueno que teníamos.

Me hubiera pasado la vida escuchando como me contabas tus cosas, tan emocionado, mientras yo me reía. Todos los estúpidos mensajes en los que te creías el novio más romántico e incomprendido, y en vez de morirme de amor, sólo me moría de risa...Me encantaba que tratases de hacer que me sintiera tan bien.

Todos esos paseos en los que hacía cosas extrañas y no me juzgabas, sólo te quedabas como un tonto mirándome y me decías que te encantaba verme haciéndolo. Me encantaba vernos tumbados sobre la cama mientras que el sol entraba por la ventana y sólo nos sonreíamos el uno al otro como si fuese una imagen fija, como si no necesitásemos.
Ahora, no puedo echar más de menos todos esos momentos felices que nunca vovlerán a serlo.

Odiaba tu extraña forma de besarme justo cuando más me hacía falta, como si pudieses saberlo, decirme justo lo que necesitaba y hacer que pudiese estar más estable que nunca.

Odio haber echado todo a perder.

sábado, 16 de abril de 2011

sin sangre ni aire.3


Lista 2010 2011 de cosas promesas a cumplir:
1. Me olvidaré de tí.
2. Nunca volveré a insultar a nadie de tu familia. A tí sí.
3. No volveré a soñar con formas de matar a perracas.
4. Trataré de comportarme.
5. Fuera prejuicios, ninguno de los dos tenéis ningún tipo de deficiencia mental y no volveré a pediros ayudas.
6. Trataré de no creer que eres anormal cada vez que te miro.
7. No hablaré mal de ti.
8. No hablaré mal de las perracas.
9. Nunca cumpliré estas promesas.
10. Nunca romperé la novena promesa.

Cada vez malgasto más tiempo pensando que te estoy pensando, pensando dónde estarás, qué harás, con quien estarás, si estas sonriendo, si piensas aún en mi. Busco todo tipo de excusas para no ver la realidad, y se perfectamente cual es la realidad. Trato de comprender que todo es un estúpido juego por el que me haces pasar, ahora tienes que sufrir, ahora tienes que jugar y llorar, ahora tienes que reirte y volvemos a empezar.

He comprendido que a veces el corazón trata de formar un escudo de ilusiones ante aquello que no queremos ver, quizás sepa con seguridad qué es cierto, pero mi corazón, o más claramente, mi subconsciente no quiere ver la realidad ni asumirla, trata de conocerla para no cometer errores, pero no permite que me afecte psicológicamente, dentro de unos años mi subconsciente lo aceptará, pero entonces ya me habré olvidado de la forma de sufrir por tí. Sueño todas las noches con ello, con diferentes estrategias y planes para herirte, para dañarte o formas en las que juegas conmigo. Estoy plenamente segura de que la culpa completamente es mia y solo mia, yo manipulé las normas, yo metí la pata y yo provoqué solita esta situación, pero que pretendes que quiera si no sé ni que pretender.

Mañana un nuevo día, otro día más de suma al dolor. Mañana habrá pasado más tiempo, me quedará menos tiempo que hoy, todo se agota.
Temo que se agote un mes de mi vida pensando esas estrategias imaginarias que no me llevaran a ninguna parte. Temo por tí y por cualquier cosa que te pueda pasar, ni siquiera sé qué temo al decir esto.

Me replanteo la situación y pienso que quizá es hora de pedir perdón aunque ya de nada servirá si antes no sirvió. Las decisiones se toman en caliente pero es que esta sopa ya esta congelada.

En este momento estoy en el medio de la balanza, no puedo ir hacia ninguno de los dos lados porque la descompenso. En ocasiones, la vida te sorprende. Mis ocasiones se han agotado, vuelva a intentarlo mañana.

Creo que la puta frase de "no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes" me está ahogando, está mareandome, matandome lentamente y haciendome sufrir. Esa maldita frase, es la frase con mayor razón, yo solita me he metido aqui porque pensé que no tenía nada, y lo tenía todo. ¿Por qué me preocupo? porque me gusta reformar a personas subnormales cómo tú, transformarlas en paquetitos de mini buenas personas y que el mundo sea mejor, pero ahora soy una cabrona y crearía mini cabrones, asi que, mejor que el mundo se quede sin mi ayuda.

PD: Todavía te odio, no te hagas ilusiones.

viernes, 15 de abril de 2011

contigo por casualidad, casualidad premeditada. -LPDDC.6






Lo llaman "la parte buena de las cosas", yo lo llamo: "la mierda con la que nos autoengañamos".



Recuerdo haber salido corriendo de casa, salí por la intranquilidad  de mi rutina, la casualidad nueva de volver a verle. No me costaba esforzarme por mantener casualidades con él, no me costaba si eso bastaba para alimentar mi esperanza. Era una tontería, pero me hacía sentir un maravilloso cosquilleo diario, merecía la pena verle cada día si eso servía para lo más mínimo.

Era un día caluroso, con un sol asfixiante. Llevaba la sonrisa más enternecedora del mundo, y mis ojos brillaban bajo la luz del sol. Caminaba perdida entre las calles sin pensar en nada más, viendo como se retorcía el sol pasando entre cualquier rincón de todas aquellas callejuelas por las que pasaba, respiraba tranquila y calmada, iba con el único propósito de estar con él.
Pretendía toparme contigo por casualidad, casualidad premeditada.

Había llegado tan puntual que la espera se me hizo eterna. Me senté a ver los coches pasar, gente corriendo, risas, niños jugando, viendo lo bonito que me resultaba incluso esperarte.
Al final de la calle vi a dos personas diferentes, eran unas manchas que se convertían en deseos, eran unas preciadas manchas que podían adoptar la forma de quien yo quisiera, pero se acercaban en la misma proporción en la que mi deseo desaparecía.
Al levantar la vista para buscarte de nuevo, no venías, y la verdad que me desilusioné. No sé todabía la razón por la que esa tontería me afectó tanto, pero me dió la sensación de que no paraba de hacerme ilusiones y eso, no paraba de pasarme factura. En ese momento cambió todo.
Es increíble, como algo tan vanal pudo hacerme sentir así. Me entristecí inevitablemente.
En ese momento me llegó tu mensaje. "lo siento muchísimo, lo siento de verdad, pero al final tampoco puedo".

Una vez más la esperanza no me había merecido la pena,  algo me estaba nublando.
Volviendo a la realidad, llovía demasiado y me estaba mojando, hacía un frío horrible y  odiaba cómo caía mi pelo mojado por mi cara. No me salió ni echarme a llorar, mis gafas estaban empañadas y me convertí en la misma miope de siempre al volver a quitármelas.

Crucé la esquina y me miré, igual de fría que siempre, arrastrando los pies y siendo igual.
Volví a fruncir el ceño como de costumbre y a resignarme.
Paré en uno de esos pasos de peatones en los que hay un charco que no ves, uno de esos charcos que pisas. Cerré los ojos y maldije algo.

Al seguir caminando aún maldiciendo y mirando todo lo mojada de más que estaba, choqué contra alguien. ¡Estupendo!.

- Joder...perdona
- No te preocupes, es peor lo del charco.

Genial, espero que no haya un vídeo en Youtube de mi ridículo también

- Bueno, por mojarme un poco más no pasa nada

Fué la primera vez que levanté la mirada. Te conocía.

- ¿Te conozco?.
- No lo sé, no me suenas.
- Estoy segura de que nos conocemos.
- Puede ser, soy bastante despistado, probablemente sea así.
- Yo también soy muy despistada, así que será una casualidad.
- Tú te pareces a alguien que conozco.
-  Cuando pasa esto, se dice que las personas están predestinadas a conocerse.
- ...
- No me malinterpretes, no estoy ligando contigo ja, ja, ja.
- ¡No, no!, para nada. En ese caso, encantado de conocerte.
- Igualmente


Y después nada volvió a ser igual

jueves, 7 de abril de 2011

Intenté escapar del miedo, pero el miedo me tenía bien sujeta.- SSNA.2





























Huele a tensión sexual, más bien, apesta el ambiente a ello.

Amanezco sobre el suelo, con una de esas sensaciones de cosas que deseas olvidar.
No era capaz a abrir mis ojos más de medio cuarto y pasó una moto por la calle de abajo, metiéndose como una demoledora, como un puto trueno dentro de mi cabeza. Entraba el sol por aquella ventana entreabierta, con las cortinas cubriendo tímidamente una de las hojas. Me senté, apoyándome sobre la cama contra esa ventana.

A pesar de todo, había una maravillosa calma en aquella habitación, no sonaba prácticamente nada. Lo primero en lo que pensé fue en mi móvil, desde lejos iluminándose, por lo menos estaba más vivo que yo. Cerré los ojos, y empecé a martirizarme. Siempre me parece una buena idea, hasta que el día siguiente no puedo parar de arrepentirme.

Ahí justo, en mi subconsciente no parabas de castigarme. Trataba de escaparme de esas imágenes, esa angustia, frustración, agobio, agonía, intranquilidad, malestar, ansiedad, desesperación... Traté de escapar de aquel tormento que únicamente me producías tú, como imagen.
Resultaba patético saber que estaba encerrada en mi mente escapando de otro castigo tuyo que ni siquiera había llegado. No me estabas haciendo daño, pero extrañamente estaba aterrada. Tu imagen no se iba, estaba constantemente en el mismo sitio, parecía que lo que se movía era el suelo.

Era una exposición para enfrentarme a tus errores, mentiras y miedos, es decir, tú. Era sólo una imagen de lo que se me venía encima.

Te ví, ahora sí, en esa misma habitación deseando que siguiese siendo una pesadilla que terminase pronto. Pero era tan real como aquel dolor de cabeza.
Estabas allí tirado, dormido, no podía evitar que me diera asco todo aquello. Estabas retorcido, sin camiseta, tenías la boca entreabierta y parecía que te sentías calmado.
Volví a encerrarme en mi arrepentimiento, y me preparé mentalmente para irme corriendo. Pero no me lo ibas a poner tan fácil, ni siquiera podría escaparme tan fácil de mir errores, fue cuando sentí que te habías movido.
Me sonreíste con los ojos entrecerrados, viendo mi cara seria. No podía dejar de clavar mi mirada sobre tí, tratando de evitar que vieras el miedo de mis ojos, tratando de evitar tener que afrontar esta situación, tratando de parecerte altiva y que no te molestases ni en hablarme, pero me conocías demasiado bien.

Te acercaste por primera vez, y me quedé totalmente quieta, como esas presas que se quedan muertas para evitar que las cacen. Te acercaste aún más y me apartaste el pelo detrás de la oreja. Te acercaste lentamente y susurraste, "dime esa verdad que tanto espero".

Intente no pensarlo, intenté morirme, intenté matarte, intente mentirte, intenté escapar del miedo, pero el miedo me tenía bien sujeta.
El miedo me había encontrado y me tenía encerrada, el miedo no pensaba dejarme ir sin soltarlo, el miedo era un hijo de la gran puta.